Los juegos pirotécnicos están regulados por el Reglamento de Explosivos, que determina las restricciones y legislación para el uso, comercio y fabricación de artículos de pirotecnia.
Al igual que comer pavo y panetón o armar el nacimiento, los juegos pirotécnicos forman parte de las costumbres decembrinas. Lamentablemente, se trata de una diversión peligrosa que deja como saldo cientos de niños, niñas y adolescentes quemados y hasta mutilados.
El énfasis de los comentarios y de la normativa destinada a controlar el uso y la comercialización de estos productos está puesto en la posibilidad (nada desdeñable, a la luz de las estadísticas) de sufrir accidentes de diversa gravedad ocasionados por un mal uso o por defectos de fabricación de los mismos.
“Son mal llamados juegos pirotécnicos porque no representan un juego, sino un peligro para la persona que los utiliza, pues ésta tiene que saber cómo manejarlos y fijarse bien dónde están ubicados los menores de edad, ancianos o personas con discapacidad para evitar desgracias.”
Sin embargo, a pesar de las distintas medidas de prevención de diferentes entidades acerca del peligro que pueden correr los menores de edad con la mala utilización de juegos pirotécnicos, ya se han presentado dos casos en la unidad de quemados del Hospital del Niño por esta causa.
Es importante también destacar que se piensa que las famosas "estrellitas", tan gustadas por los menores, no causan daño.
“Generalmente en la Sala de Quemados del Hospital de Niño ingresan de 15 a 20 pacientes por mes, pero en este último mes aumenta la incidencia de pacientes por quemaduras, no solamente por juegos pirotécnicos, sino también por otros casos, principalmente quemaduras por escaldaduras que son causadas por líquidos.”
Otro riesgo que no ha recibido atención suficiente por parte de los medios ni de las autoridades, y mucho menos de los fabricantes, es el que atañe al aparato auditivo.
hace que el nivel sonoro efectivo al que se exponen sea mayor.
Los riesgos descritos anteriormente se multiplican cuando las detonaciones tienen lugar en ambientes cerrados o semicerrados tales como habitaciones, balcones o patios, debido a que al ruido directo proveniente del artefacto explosivo se agregan las reflexiones
o ecos en las paredes y otras superficies.
Aun los petardos más pequeños son capaces de producir los trastornos mencionados.
Los juegos pirotécnicos, además del riesgo ya mencionado, a su vez producen sustancias químicas y provocan la generación de ozono superficial, que es un compuesto dañino para la salud, ya que su inhalación puede causar daño en las vías respiratorias.
La población más vulnerable a esta contaminación nuevamente son los niños y se suman los adultos mayores, quienes pueden presentar infecciones respiratorias y además asma.
Debemos evitar comprar fuegos artificiales a los niños, niñas y adolescentes, debido a que esos artefactos contienen pólvora y ocasionan graves quemaduras que llenan los hospitales en diciembre. Los juegos pirotécnicos "no son juegos", son armas y pueden causar daños para toda la vida. Cuidemos a nuestros niños, es muy triste estar en un hospital, sobre todo en estas fiestas navideñas. (Pacifico).
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