Domingo 4 de Agosto del 1946 a las 12:55 p.m.: Fuerte terremoto, el cuadragésimo tercero sentido en la isla desde el Descubrimiento, de 8.1 en la Escala de Richter que generó, a los pocos segundos, un maremoto a las costas de toda la Bahía Escocesa (la cual se extiende desde Arroyo Salado hasta Cabrera), penetrando en algunas zonas, como en Arroyo Salado, más de cinco kilómetros tierra adentro, inundando por más de tres semanas a algunas zonas, destruyendo siembras, y poblados (Matancitas, Nagua, El Juncal de Cabrera, Punta Morón – entre las secciones del Limón y Las Cañitas en Samaná, Sánchez, Sabana de la Mar, Río San Juan y Miches por ejemplo) y cobrando aproximadamente 1,970 vidas en territorio dominicano (en los poblados de Puerto Plata, Matancitas, Villa Julia Molina, Arroyo Salado, El Bajío, Río Boba, y algunas vidas en Puerto Plata, Santiago, ).
En las partes bajas, el mar penetró arrasándolo todo, viviendas y árboles, dejando varias lagunas, transformando el curso de los ríos en las proximidades de su desembocadura y aislando algunos sectores.En la parte escarpada, el sismo ocasionó el derrumbe de los arrecifes y acantilados, que se desplomaron en enormes masas.
Hubo daños importantes desde Samaná y Miches hasta Puerto Plata y Luperón, incluyendo Sánchez, Villa Isabel, Botoncillo, Castañuelas, Villa García, Río San Juan, Cabrera, Santiago, Santo Cerro, Moca, San Francisco de Macorís, Arenoso, Cotuí, Monte Plata. Reportaron que el Río Licey ¨que tenía su caudal completamente agotado, volvió nuevamente a correr emergiendo de su lecho abundante caudal de agua¨. En adición, el terremoto fue sentido fuertemente en Montecristi, Dajabón, Valverde, Elías Piña, San Juan de la Maguana, Santo Domingo, Villa Mella, La Jagua, Jarabacoa, Villa Trinitaria, El Seibo, Yaguate, dónde cayeron objetos de los tramos en las tiendas y las estructuras vacilaron y se produjeron agrietamientos.
1,100 réplicas se reportaron en los meses siguientes.
La Nación – Viernes 9 de Agosto del 1946: Estimaron en aproximadamente 20,000 el número de personas perjudicadas por las avenidas de los ríos, por el ras de mar, por la incomunicación y por la pérdida de sus hogares y de sus cosechas. Este dado, sujeto a ulterior comprobación, se refiere a la zona más castigada por el maremoto en el litoral nordeste de la isla. Como se sabe, las comunidades más castigadas en dicho litoral
fueron Matanzas, Villa Julia Molina y Cabrera, en las cuales hay una población total calculada en 31,000 habitantes
Curiosidades varias:
En Los Almácigos (Del Periódico La Nación, Sábado 8 de Agosto del 1946 con fotos):
Un monte de unas cuarenta tareas de extensión, propiedad del Sr. Olivero Inoa, residente en la sección de La Canela (donde actualmente aparecen unos ¨sin-fines¨), se hundió totalmente, quedando una depresión en el terreno de varios metros de profundidad. Este fenómeno geológico ocurrió en el primer momento del sacudimiento sísmico.
Casi simultáneamente con el caso arriba citado, se produjo en la propiedad del Sr. José Durán, en la misma sección de Los Almácigos, pero algunos kilómetros más abajo, un gran deslizamiento de cien tareas, todas cultivadas de arroz, con sus estancamientos de agua, los árboles y las cercas de alambres de púas quedaron intactos, tal como si no hubiera ocurrido nada extraño, dándose el caso ahora de que la superficie y los cultivos y mejoras de la propiedad del Sr. José Durán se encuentran sobre la propiedad del Sr. Oliverio Inoa, o sea a unos dos kilómetros de donde se encontraban. En el lugar de donde se deslizaron los terrenos ha quedado una especie de arcilla revuelta, tal como si hubiera sido removida por arados o por una máquina explanadora.
En Limón, Samaná (Del Periódico La Nación, Lunes 12 de Agosto del 1946):
El Jueves 8 de Agosto se produjo otro ras de mar. Los moradores reportaron que desde el lunes el mar había estado descendiendo en el paraje de Las Galeras por lo cual ellos vigilaban con gran temor al extraño fenómeno. Pasaban los días y las sacudidas se sucedían en la península con gran frecuencia, precedidas siempre de un rarísimo ruido subterráneo que era más prolongado cuanto más intensos fueron los temblores (de las réplicas). Más que consecuencias materiales desastrosas, tales fenómenos tuvieron por cause que aumentara hasta el extremo el pánico de los moradores, quienes se disponían a abandonar aquellos lugares.
El jueves, a las ocho y media de la mañana, se registró una violentísima conmoción, comparable casi a las dos del Domingo 4 de agosto. A esa hora la madre, dos hijos y un nieto de la familia Messina trataban de buscar noticias en un radioreceptor, único medio que disponían para enterarse de los que pasaba en el país y en el resto del mundo. La sacudida los echó al suelo a todos y estrelló contra las paredes de la casa – que fue una magnífica edificación de madera y concreto – muebles y radio.
El más joven de la familia, Werther, trepó en el techo rápidamente para ver desde allí el mar, observando, asombrado, que a varias millas de distancia una gigantesca ola avanzaba hacia la costa, a una velocidad vertiginosa, y que había cubierto totalmente el cayo Limón, situado frente a la propiedad de los Messina y cuyas dimensiones son bastante apreciables, tanto que figura en el mapa de la isla delineado por el Ingeniero Gómez.
Werther dió la alarma y en seguida descendió del techo, y la familia entera le acompañó en la huida a través de la finca, hacia las tierras altas, sin mirar atrás. La enorme ola les perseguía de cerca pero cuando llegó hasta ellos, tierra adentro, sólo les cubió hasta las rodillas. La familia logró salvarse por haber ganado unos escasos minutos a la hecatombe. No tuvo tal suerte una infeliz mujer del lugar y sus siete hijos pequeños, quienes perecieron ahogados.
NO LEJOS DE AHÍ ocurría otro extraño suceso: Dos pescadores a quienes sorprendió el ras de mar desamarrando dos caballos, fueron llevados por la gigantesca ola tierra adentro y ¨depositados¨ en la copa de un árbol, donde tuvieron tino para asirse de una rama, salvándose allí.
26 de Julio de 1943
19 de Agosto de 1881: hizo grandes estragos en varias poblaciones del interior, especialmente en Higuey, huyo histórico Santuario agrietó seriamente
Sábado, 7 de Mayo de 1842 a las 5:25 p.m. Poco o casi nada quedó en pié en Santiago, La Vega, Moca, San Francisco de Macorís, Samaná, Puerto Plata, Dajabón y Montecristi en el norte; El Seibo, Higuey, Los Llanos y Hato Mayor en el este; Azua, San Juan de la Maguana, San José de Ocoa, Neiba y Las Matas de Farfán al sur. En el Cibao las aguas de los Ríos Yaque del Norte y Masacre se reunieron, las del Yuna se esparcieron por gran parte del Valle de La Vega Real; También afectó gravemente a las siguientes ciudades Haitianas: Port au Prince, Gonaives, Port de Paix, La Mole, Fort Liberté, Cape Haitien y Saint Marc. En la parte occidental el Artibonito, el río más caudaloso de la isla, se desparramó a una y otra orilla atrapando muchos poblados que arrastró al mar junto con todos sus habitantes. En Port de Paix, entró el mar y Cape Haitien fue destruido por un incendio violento.
1751: destruyó la villa del Seibo, la cual fue trasladada al lugar que hoy ocupa
2 de Diciembre del 1562: Destruyó la antigua ciudad de La Vega
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