Todos sabemos que nuestra isla está en una zona de alta actividad sísmica, amén de que cada año recibe la visita no agradable de ciclones y tormentas tropicales. El peligro de un tsunami, que ya vivimos en 1946, no es tan remoto como algunos piensan, y todos sabemos además de la precariedad de muchas de nuestras construcciones.
Si a todo eso unimos la falta de conocimiento acerca de cómo comportarnos ante un hecho de naturaleza destructiva, estamos en presencia del caldo de cultivo para una gran tragedia que nadie desea.
Por tanto, las autoridades de prevención de desastres deben diseñar una campaña de concienciación acerca de las medidas a tomar en caso de un desastre. Se pueden adaptar vídeos para transmitirlos por televisión y otros medios audiovisuales. Prevenir es la clave. "
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