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9 de noviembre de 2008

HISTORIA DE UNA DE LAS VICTIMAS DEL VIAJE ILEGAL A PUERTO RICO

San Francisco no es una ciudad costera, pero el mar forma parte de las conversaciones de sus ciudadanos, de sus triunfos, de sus sueños de progreso económico y, para algunos, de la posibilidad de vivir con bienestar la unidad familiar.
También por el mar llegan grandes tragedias, tan grandes como la muerte de Natividad Nolasco Castillo, una mujer de 34 años, que partió a Puerto Rico de forma ilegal en la embarcación que zozobró cerca de Turcas y Caicos, para recibir en la vecina isla a sus hijas de 10 y 12 años.
"El papá venía a buscarlas. Ella quiso adelantarse para cuando las niñas llegaran, estar en Puerto Rico. Se fue adelante y mira lo que sucede", cuenta Martina Castillo, madre de Natividad, mientras vende mercancía en un colmado ubicado en la Vía Férrea de esta ciudad.
Natividad tiene cuatro hijos, el mayor, de 20 años y una adolescente de 17 años. Ellos vivieron parte de su infancia sin ella, que probó suerte en Puerto Rico, donde residió durante unos ocho años y dio a luz a las niñas.
Martina cuenta parte de la historia de la vida de su hija en Puerto Rico con un gesto que gira entre el dolor y la rabia, porque nunca apoyó la idea de que Natividad volviera a Puerto Rico.
"Ella tuvo problemas porque se casó con un hombre por negocio y el hombre la quería para él. Ella no quiso y se juntó con otro, con el que tuvo las dos hijas y el primero (con quien se casó para legalizar su estatus) la denunció y cayo presa, porque no tenía papeles", cuenta, mientras ve las noticias del viaje.
Les explican a sus familias que es un viaje seguro porque un capitán va a garantizar el franqueo".
Natividad murió camino a un hospital de Turcas y Caicos, luego de que fuera rescatada junto a Gregorio María Marizán y su hermano Saulo María; y Franklin Francisco Almánzar Paulino, junto a su hijo Álvaro. Los sobrevivientes llegaron al país el miércoles pasado en la tarde.
De acuerdo con la versión de los familiares de los desaparecidos, el viaje partió desde Samaná con destino a Puerto Rico con 33 personas a bordo, el domingo 19 de octubre. Más de 20 pasajeros desaparecieron.
Mientras estos detalles se repiten una y otra vez en los noticieros, Martina recibe la solidaridad de vecinas como Francisca Acosta, que también ha vivido la incertidumbre que trae el mar a esta ciudad. Hace cuatro años, un hijo de Francisca se fue a Puerto Rico en yola y por suerte llegó con vida. "Me manda mi dinerito, pero no es que está tan bien allá", comenta entre lágrimas.
Cuando su hijo llegó a Puerto Rico, ya contaba con una red de vecinos, amigos y parientes.
El tema de los viajeros ilegales por yola o por vía aérea, oriundos de San Francisco de Macorís, se discute hace más de 30 años.
En 1981, una comisión del Congreso debatía el problema de los viajes y ponía énfasis especial en la costa Nordeste y en San Francisco de Macorís. Los congresistas se quejaban de la supuesta benignidad de la Justicia para con los organizadores.
Historias familiares
CRONOLOGÍA DE UNA TRAGEDIA
1. La Partida: Familiares de los desaparecidos fijan la fecha de la partida en el 19 de octubre. Sin embargo, las autoridades de la Marina de Guerra han informado que el viaje partió desde Samaná rumbo a Puerto Rico el día 17 con 33 personas a bordo, con el "capitán" de la yola a bordo.
2. La Alerta: La primera llamada de alerta, ante la posibilidad de que la embarcación hubiera perdido el rumbo, fue ofrecida por parientes de las víctimas el día 24, según algunos familiares. Otros explican que se comunicaron también con la Marina 8 días después de la partida.
3. Primeras noticias: El 2 de noviembre el secretario de Turismo informó a la prensa que el barco había zozobrado y cinco personas habían sobrevivido, una de las cuales murió en el centro médico. Actualmente la Cancillería hizo gestiones para trasladar el cadáver y a quienes se encuentran convalecientes.Aquí las historias se reciclan cada cierto tiempo. Kelvin Gabriel Nolasco, el hijo de Natividad es un viajero ilegal en potencia.
Su madre y él planificaron irse juntos, pero finalmente no lo hicieron porque se les dificultó conseguir los US$3,000 que les pedían para reservar dos espacios en una yola, que según familiares de las víctimas carecía hasta de brújula.
Natividad no es la única inmigrante de la familia. Uno de sus hermanos reside en Estados Unidos. Gracias a él la familia hizo los primeros contactos con el hospital de Turcas y Caicos.
Si el viaje hubiera tenido éxito, otras historias de reencuentro familiar, en franco desafío al mar, posiblemente se estarían planificando.
La esposa de Franklin Almánzar y madre de Álvaro Luis admite que estaba pensando en la posibilidad de "coger yola".
Cuando se le pregunta, qué le dijo a su hijo cuando éste decidió partir, responde: "Es buscando futuro porque aquí no hay nada que hacer, hasta yo misma he pensado en coger yola, pero he cogido miedo con esta tragedia".
Luego, aprovecha la entrevista para dirigirse al gobierno dominicano y al de Turcas y Caicos.
"A la gente de allá y al gobierno de aquí, que ayuden a esa gente para que no vuelvan otra vez. Aquí no hay nada", enfatiza.
De esa “nada”, la familia tendrá que buscar RD$100,000 para pagar la hipoteca de la casa, sacrificio necesario para reservar un lugar en la yola de los sueños.
El vocero de la Comisión Duarte de Derechos Humanos y director del Centro Universitario Regional del Noroeste (CURNE), Rafael Álvarez, explica que en los barrios de San Francisco surgen con frecuencia noticias sobre los viajes ilegales. Él se entera por los estudiantes de la universidad que le cuentan de sus planes.
En la vía férrea y en el barrio San Martín, de San Francisco, algunos vecinos cuentan que al menos cada mes surge la noticia de que se planifica algún viaje ilegal, aunque la mayoría de ellos no prospera.
Aunque la pobreza es, para Álvarez, una causa importante, entiende que no es la única. Destaca que juega un papel importante la relativa facilidad con que se hacen los viajes."Es una mafia organizada con ramificaciones en muchos sitios del Cibao", dice.
LOS VIAJES
Según Gertrudis Marizán, madre de los sobrevivientes Gregorio María Marizán y Saulo María Marizán y del desaparecido Emmanuel María Marizán, el domingo en la madrugada un camión recogió a sus hijos en su casa. Pero las gestiones del viaje habían empezado al menos dos meses antes, según versiones de los familiares y vecinos de los náufragos. Como en todo viaje ilegal, un elemento clave en el proceso fue el "buscón" (persona que se encarga de conseguir los "clientes") para el viaje que terminó en naufragio. En ocasiones puede ser un pasajero -dicen que fue así en este caso- que quiere que su viaje le salga gratis, a menor costo o simplemente alguien que cobra una "comisión" y tiene contacto con la gente que "sabe de mar" que por lo general son hombres de las provincias costeras de Nagua y Samaná que encabezan el barco. El próximo eslabón es el organizador, con suficiente poder para desafiar a las autoridades. "Este era un viaje bueno, porque era de un oficial de la Marina", comentó un pariente que prefiere conservar el anonimato. (clavedigital).

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